martes, 1 de septiembre de 2009

Odio el verano

Pero con todas mis fuerzas, vaya.

Odio el verano y todo lo que conlleva, empezando por el calor y el cielo totalmente despejado, un cielo banal e inexpresivo que no aporta absolutamente nada.

La inactividad es algo que me mata, prefiero mil veces estar haciendo algo, útil, si es posible.
El calor es un foco de pereza constante, por mucha iniciativa que tengas para el verano no sirve de nada ya que la pereza te anula todo.
He intentado leer, he intentado escribir aquí más a menudo, he intentado conseguir unos objetivos que me propuse para el verano a partir de una lista que hice, he intentado ir a lugares y obviamente no he leído a penas, no he escrito en el blog casi nada, no he conseguido ni 5 objetivos de unos cuarenta que plantee en la lista, no he ido a ningún sitio.
He dejado libros, actividades y planes aparcados, pero no intencionadamente, porque yo no quería, pero en fin, soy un desastre.
Vamos que ya veis lo bien que he aprovechado el verano [ironía off].

Todo esto unido al aburrimiento… mata, mata mucho y quema más que el propio sol de verano de entre las doce del medio día y las cuatro de la tarde, así he acabado el verano, un verano que se podría definir totalmente en una sola palabra: HASTÍO.

La falta de gente, ya que todo el mundo por regla se va fuera, yo soy esa excepción, por lo tanto no me he podido despejar de las complicaciones y el estrés que conlleva la ciudad, por mucho que quieras meditar y despejarte la ciudad no sirve para ello, que por otro lado, odio el rollo playa, piscina y todas esas mierdas, pero un día de montaña, bosque y río no hubiese estado nada mal para pensar.

Este ha sido el peor verano sin duda, bueno algunas cosas he aprendido, que nunca está demás aprender y saber cosas resumiendo, he obtenido bastantes conocimientos, he conocido gente con la que merece la pena mantener una conversación (creedme a mi edad y en esta época es difícil lograr eso), pero lo que he perdido ha sido mucho más y más valioso a mi parecer.

Por último diré que ha llegado septiembre y todo lo anterior ya pasó y si algo he aprendido este verano es que no debo estancarme en el pasado y pensar que pudo ser mejor, sino que debo pensar en mejorar el verano que viene.
Tengo algunos proyectos para el blog que espero finiquitar.

Y bueno lo dicho prefiero un viejo invierno que un joven verano inexperto.